viernes, 16 de septiembre de 2011
Que conozco su voz en formato susurro, en formato gemido y en formato secreto.
No hace falta que me digais eso de que perdais la cabeza por eso de sus caderas. Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa, y esas maneras, todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da. Pero además le he visto serio, ser el mismo, y enserio que eso, no se puede escribir un poema. Por eso, eso que me cuentas, de que mirale como bebe las cervezas, y como se revuelve como las baldosas, y que fácil parece a veces enamorarse. Y todo eso de que él, puede llegar a ser ese puto unico motivo de seguir viva, y a la mierda con la auto-destrucción. Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento que me sé, desde el día en que me dio dos besos y me dijo su nombre. Pero no sabes, lo que es caer desde un precipicio y que él, aparezca de golpe y de frente para decirte: "Venga, hazte un peta, y me lo cuentas". No sabes lo que es despertarte, y que el se retuerza y bostece, luego te abrace, y luego no sepas como desacerte de todo el mundo. Así que supondrás, que yo sea la primera que entiende que pierdas la cabeza por sus piernas, y el sentido por sus palabras, y los ovarios, por un simple roce de mejilla. Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa, las incomodidades de orgullo que pueda provocarte, son algo con lo que ya cuento. Que yo también le veo, que cuando el cruza por debajo del cielo, solo la tonta mira al cielo. Que sé, como agacha la cabeza, levanta la mirada, y se muerde el labio superior. Que me sé sus cicatrices, y el sitio en que le tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ria. Y me sé lo de sus rodillas, y la forma de rozar las cuerdas de la guitarra. Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones. Que no solo conozco su última pesadilla, también las mil anteriores. Y yo si que no tengo narices de decirle que no a nada, por que tengo más deudas con su espalda, de las que nadie tendrá jamas con la luna. Mira que hay tontas enamoradas en este mundo, que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente él. Reunido en ese puto milagro que se supone que existe. Que le he visto volar, por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos. Le he visto formar un charco de arena, rompiendo todos los relojes que le puso el camino. Le he visto haciéndole competencia a cualquier amanecer por la ventana, no me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo. Y solo los sueños pueden posarse sobre las seis letras de su nombre. Que te entiendo, que yo escribo sobre lo mismo, sobre el mismo. Por que razones, tenemos todo, pero yo, muchas más que vosotros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario