Ya no volverás a sentir que estas a tres metros sobre el cielo.

Estómago, perdon por las mariposas. Almohada, perdón por todas las lágrimas y las noches en vela. Corazón, perdón por todo el daño causado. Pero eso es todo lo que provoca el estar enamorado. Derrepente, un día cualquiera, conoces a una persona, y te cambia la vida. Al principio, ni te imaginas lo que puedes llegar a sentir por esa persona, no te puedes ni imaginar, que esa persona, va a ser capaz de cambiar tu estado de ánimo, con tan solo unas palabras, que te va a hacer sonreir con tan solo decirte "Hola" o "Estás muy guapa hoy". Tampoco imaginas, lo que se siente cuando derrepente, te sonrie, y sientes como un numeroso grupo de mariposas suben por tu estómago, ni que con la minima tonteria que te diga, te deja en tu cara, esa sonrisa de tonta que te sale cada vez que hablas de él, o cada vez que le ves. Eso, sin hablar de la cantidad de cosas que se te pasan por la cabeza, cuando escuchas su nombre. Por no mencionar que por las noches, antes de domir, lo único que piensas, es si él, estará pensando en ti, o si él sentirá por ti lo mismo que tu sientes por él.  Y te mueres de ganas por saberlo, pero no tienes el valor, de preguntarselo, ni de decirle todo lo que él provoca en ti, no tienes el valor de mirarle a los ojos y decirle, que con solo dedicarte un gesto, te pone una sonrisa en la cara que te dura todo el día, y que con un simple beso, te hace ser la chica más feliz que pisa la tierra. Que con un simple abrazo, con simplemente tenerle cerca, te pones tan nerviosa que puede que te trabes al hablar, o que no hagas otra cosa que reirte. Y para lo que menos valor tienes es para decirle, que si él sintiera lo mismo por ti, serías tan feliz que podrías tocar el cielo con tus propias manos. Pero no tienes valor para hacerlo, por miedo, a que no sienta lo mismo, a que te diga que no, por que si eso pasara, lo único que eso provocaría seria, dolor, lágrimas y que pasaras de poder sentir el cielo, a estar a unos cuantos metros bajo tierra.